Solo en esta ciudad, cuna de la picaresca nacional y quizás mundial, urbe de tahúres, malandrines, golfos y estudiantes, como digo solo en esta ciudad podíamos tener una fiesta como esta y lo que es peor, dado el carácter pasota y refractario de la población salmantina, se da la curiosa circunstancia que pese a no ser fiesta oficial, ni ser declarado festivo, es la única fiesta que se celebra como fiesta popular, si amigos y lectores estoy hablando del Lunes de Aguas.
Tal festividad consiste en que tal lunes como el siguiente de Pascua, acudir en compañía al campo mas próximo con hornazo y bebida y ponerse ciego con esta celebración, que podríamos resumir como el primer botellón histórico. Y así veremos como las orillas del Tormes, los prados Panaderos, Aldehuela, La Flecha, paseo Fluvial y otras destacadas praderas se llenan de gente de todas las edades merendando.
Pero, ¿ de donde viene tan curiosa festividad? Pues los orígenes se remontan al siglo XVI, cuando el rey Felipe II iba a desposarse con Isabel de Portugal, antes de que esto ocurriera pasó por Salamanca, ciudad universitaria donde las halla, pero lo que Felipe II encontró allí fue algo que de seguro no esperaba. Calles llenas de lujuria, diversión desenfrenada…la ciudad era una bacanal sin medida. Viendo el desenfreno desatado en la ciudad dicta unas ordenanzas según las cuales las prostitutas que habitaban en la Casa de Mancebía local debían ser trasladadas, durante la Cuaresma, fuera de la ciudad, para que los hombres de Salamanca, sin la presencia de busconas, evitasen las tentaciones del pecado de lujuria. A partir del Miércoles de Ceniza dichas meretrices eran trasladadas al Arrabal del puente, al otro lado del río Tormes. Hasta el primer lunes después del de Pascua permanecían bajo la custodia del Padre Lucas, a partir de entonces conocido como Padre Putas. En esta fecha éste las conducía de vuelta a la ciudad, vitoreado por una multitud de estudiantes que no ahorraban en hornazo, bebida y bailes para celebrar la llegada de estas cortesanas con una fiesta en las riberas del Tormes y en barcas engalanadas.
Al terminar esos cuarenta días de represión carnal, los estudiantes celebraban a la orilla del río una gran fiesta con comida, bebida, bailes…y por su puesto los servicios de las prostitutas.Así que charros y visitantes, os invitamos a salir el próximo lunes a buscar a nuestras prostitutas y celebrar el regreso de la carne y el pecado y de paso comer hornazo y beber hasta no conocer…¡y brindar por el Padre Putas!
